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19.8.10

cielo rojo

(pido prestada esta letra a juan záizar, porque como dijo el cartero, la poesía es de quien la necesita, no de quien la escribe)

solo, sin ti cariño
voy caminando,
y no sé qué hacer.
ni el cielo me contesta
cuando pregunto
por ti mujer.

no he podido olvidarte
desde la noche
en que te perdí.
sombras de duda y duelo
solo me envuelven
pensando en ti.

deja que yo te busque
y si te encuentro
vuelve otra vez.
olvida lo pasado
ya no te acuerdes
de aquel ayer.

mientras yo estoy dormido
sueño que vamos
los dos muy juntos
a un cielo azul;
pero cuando despierto
el cielo es rojo,
me faltas tú.

aunque yo sea culpable
de aquella triste separación
vuelve por dios tus ojos,
vuelve tus ojos,
vuelve otra vez.

deja que yo te busque
y si te encuentro
vuelve otra vez.
olvida lo pasado
ya no te acuerdes
de aquél ayer.

17.8.10

crónicas del subsuelo. 10.

iba yo en el cuarto vagón llegando a refinería.
de norte a sur.
de noche, veintiuna treinta o por ahí.
la jornada laboral de algunos ya había tronado e íbamos de regreso a donde quiera que cada quien duerma.
la velocidad del metro, ya muy disminuida, permitía ver a las personas que lo esperaban en el andén.
una chica caminaba por él en la misma dirección.
vestía ropa de oficina color cafe y zapatos altos.
el metro se detuvo y abrió sus puertas.
la chica alcanzó la puerta del cuarto vagón que estaba justo enfrente de donde yo estaba parado.
y muy tranquila con las manos en las bolsas de su chaleco, casi presumiendo el pasito que llevaba, intentó entrar sesgadito al vagón.
sin decir agua va, las puertas se cerraron de golpe, como de por sí sucede.
como ella iba cargada más bien al lado izquierdo, la puerta la bateó primero de ese lado aventándola contra la otra puerta que también la bateó, ahora del lado derecho.
total que entró con un golazo de poste-poste-gol.
nomás se le descompuso la cara un poquito.
luego me vió con ojos de chiste. como riéndose conmigo.

15.8.10

de este seso

de repente
no quedan mas
que restos y
retazos de
una psique
destruida.
trozos, trizas
esparcidas
como vidrios
en el suelo.
no, parecen
más espejos
rotos, quietos
que reflejan
desmembrados
sentimientos,
afiladas
partes de una
idea y
uno que otro
muy espeso
recuerdo. ai.