sospecha macabra.

tomo prestada una idea de twigs and water... porque vale la pena.

hoy que es treintaiuno del décimo mes, resulta importante escribir sobre monstruos.
sobre todo, los que son monstruos para la burguesía:
- sobre frankenstein sobra decir que es el monstruo de las fuerzas productivas desatadas por el modo de producción burgués. tanta ciencia, tanta tecnología construye algo que se sale del control del burgués y se le enfrenta como algo ajeno, superior a él, que amenaza con destruirlo.
- el vampiro, un enemigo viejo del burgués. ese sujeto que vive de él, que vive parasitariamente de la vida del burgués; el que le succiona la sangre como si le exprimiera en impuestos su producción y trabajo. el vampiro es la aristocracia. es una clase en extinción, de otra época, que vive en castillos, anticuada, pasada de moda pero con un dejo de encanto insoportable que además amenaza con ser inmortal. este monstruo es aterrador pero erótico al mismo tiempo; tiene sexappeal... es el miedo que tiene la burguesía a su antigua clase opresora; sin embargo, en esa atracción irresisitble, la burguesía muestra su deseo de ser así, la aspiración que, como nuevos ricos, tienen de acceder a ese mundo culto, de dinero viejo... de dinero despreciado, de dinero derrochado. la burguesía se sabe marra, se sabe cuentacentavos y se duele por ello. añora y teme la audacia de ese vampiro, su más antiguo enemigo, al que, usando aliados a los que ahora oprime, alguna vez pudo derrotar.
- los zombies un monstruo que nace en el siglo xx. una cantidad tremenda de muertos vivientes; un virus que se propaga con una velocidad abrumadora. la masa. la estupida masa. la masa que no piensa, que acaba con todo lo que está a su paso con una estupidez tan grande como su poder destructivo. ¿cuántas veces no se ha escuchado la perorata burguesa de que la masa es estupida? es un terror moderno, un terror a posteriori. el virus bien puede simbolizar un mensaje de revuelta, un mensaje revoltoso, el virus se propaga de boca en boca, de mordida en mordida. los empleados corren la voz y van volviendose estupidos con ello. se suman a una marcha, a una movilización imbécil, idiota en su concepción-piensa el burgués. los muy tarados, descerebrados, muertos de su cabeza, no entienden que eso que están destruyendo en realidad les conviene. puestos juntos además son todavía más tontos... y por lo mismo aterradores.
- el hombre lobo... este monstruo se complica. recientemente se propone una mitología que implica a los licantropos como clase trabajadora oprimida. sin embargo, creo, esa lectura no se sostiene fuera de esa particular narración. me parece que los hombres lobo implican un miedo, sí burgués, pero heredado... un terror más viejo que implica las coordenadas necesarias para toda dominación occidental: el binomio formado por el machismo y la razón. un burgués cualquiera, tipo decente por lo demás, es infecto por la luna llena (las referencias femeninas en este punto están de más). el tipo se enferma de locura, de irracionalidad, de una pasión frenética y tiene una noche de lobos. el terror a la pérdida de la racionalidad, que la húmeda, melancólica y oscura luna le convierta en un ser poco confiable, en un ser pasional e irracional.

sospecha 7.

que la medición del tiempo es falsa.
(lo medimos en años, meses, semanas, días,
horas, minutos, segundos... y se prometen constantes. es falso.)
que cada segundo es más corto que el anterior, cada minuto, hora, día.
son cada vez más cortos. cada día, un día dura menos.
este año un año dura una treintava parte, el anterior duró uno sobre veintinueve.
cada segundo una fracción más chica de la vida en cada caso.