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27.10.10

de humos y pequeños fuegos rojos

hoy me fumé tu último cigarro. el que me pediste que cuidara para ayudarte a cuidarte.
me hubiera gustado decirte 'por favor no me dejes', como tú me dijiste a mí.
el humo casi no se ve y el pequeño fuego rojo ilumina mi mano y tu recuerdo en la oscuridad.
lo único que suena es este tabaco que se quema lentamente y que las lágrimas amenazan con apagar.

14.10.10

crónicas del subsuelo. 11.

el miércoles transbordabas de azul a naranja cuando notaste que todo mundo llevaba la boca cerrada.
nadie iba hablando. nadie.
todos encerrados en sus proyecciones internas. todos.
muchos viste, no pocos.
te sorprendiste y buscaste a más. volteaste en todas direcciones y la cosa iba igual.
a pesar de que nadie hablaba, el susurro del subsuelo ahí estaba.
murmuros, fonemas amorfos que se aproximaban a conversaciones.
el subsuelo nunca calla.
tal vez en el subsuelo la gente piensa tan fuerte que se oye.

21.9.10

sospecha 5. el angelus sensi.



Entonces los niños muertos se acercan y le preguntan:
«Jesús, ¿ya no tenemos Padre?»
Y Él responde: "Todos somos huérfanos.
Vosotros y yo. ¡Todos estamos sin Padre!"
Jean Paul

hay un graffiti de banksy, estarcido en blanco, en el que se ve a un ángel vestido como cualquier joven. está sentado en una banqueta perdida en algún callejón. las rodillas levantadas, los brazos apoyados sobre las piernas y la cabeza sumergida. en la mano derecha sostiene un cigarro desgastado cuyo humo parece dibujar su psique atormentada. frente a él, en la banqueta, una botella de alcohol está a la mano. el ángel parece estar cabilando sobre algo que ha perdido.
parece haberse dado cuenta de que le usaron como coartada. buscó bajo las piedras sagradas, detrás de las cataratas, en el juego de luz y sombra que hacen las hojas de los árboles; voló, nadó a través del mundo, en todos lados buscó y el texto no estaba ahí, aquéllo no estaba escrito en ningún lado... el panfleto que le habían dado a repartir era falso.

(homenaje a walter)

19.8.10

cielo rojo

(pido prestada esta letra a juan záizar, porque como dijo el cartero, la poesía es de quien la necesita, no de quien la escribe)

solo, sin ti cariño
voy caminando,
y no sé qué hacer.
ni el cielo me contesta
cuando pregunto
por ti mujer.

no he podido olvidarte
desde la noche
en que te perdí.
sombras de duda y duelo
solo me envuelven
pensando en ti.

deja que yo te busque
y si te encuentro
vuelve otra vez.
olvida lo pasado
ya no te acuerdes
de aquel ayer.

mientras yo estoy dormido
sueño que vamos
los dos muy juntos
a un cielo azul;
pero cuando despierto
el cielo es rojo,
me faltas tú.

aunque yo sea culpable
de aquella triste separación
vuelve por dios tus ojos,
vuelve tus ojos,
vuelve otra vez.

deja que yo te busque
y si te encuentro
vuelve otra vez.
olvida lo pasado
ya no te acuerdes
de aquél ayer.

17.8.10

crónicas del subsuelo. 10.

iba yo en el cuarto vagón llegando a refinería.
de norte a sur.
de noche, veintiuna treinta o por ahí.
la jornada laboral de algunos ya había tronado e íbamos de regreso a donde quiera que cada quien duerma.
la velocidad del metro, ya muy disminuida, permitía ver a las personas que lo esperaban en el andén.
una chica caminaba por él en la misma dirección.
vestía ropa de oficina color cafe y zapatos altos.
el metro se detuvo y abrió sus puertas.
la chica alcanzó la puerta del cuarto vagón que estaba justo enfrente de donde yo estaba parado.
y muy tranquila con las manos en las bolsas de su chaleco, casi presumiendo el pasito que llevaba, intentó entrar sesgadito al vagón.
sin decir agua va, las puertas se cerraron de golpe, como de por sí sucede.
como ella iba cargada más bien al lado izquierdo, la puerta la bateó primero de ese lado aventándola contra la otra puerta que también la bateó, ahora del lado derecho.
total que entró con un golazo de poste-poste-gol.
nomás se le descompuso la cara un poquito.
luego me vió con ojos de chiste. como riéndose conmigo.

15.8.10

de este seso

de repente
no quedan mas
que restos y
retazos de
una psique
destruida.
trozos, trizas
esparcidas
como vidrios
en el suelo.
no, parecen
más espejos
rotos, quietos
que reflejan
desmembrados
sentimientos,
afiladas
partes de una
idea y
uno que otro
muy espeso
recuerdo. ai.

28.7.10

copla

a las tres de la mañana
sangran tristes mis encías.
estas quietas madrugadas
me saben a hierro y nada.

22.6.10

de uno y otro cosmos

I
hoy día diesiséis del sexto mes
se cumplen veintiséis vueltas en torno al astro y
nueve mil cuatrocientas sesentaiséis
revoluciones sobre el eje de la tercera esfera.

ésta y las otras giran cayendo lentamente,
corren endiabladas,
buscan el centro, fundirse quieren en el fuego de su
propio ocaso;
el astro, un rugido encendido,
quieto o concentrado, emana enrabiado
apenas un tenue recuerdo de la explosión primera.

muy tremendo es el recorrido;
bastante la energía desplegada
de tan colosal máquinaria.
sin embargo,
el astro brilla silencioso y
las esferas mudas ruedan
para los que pequeños,
caminan sobre la faz
de esta tercera esfera.

II
sigo sorprendido,
cada mañana lo compruebo,
la esfera azul ha seguido su recorrido,
y yo todavía me muevo.

parece que a la maquinaria
le es indiferente tu ausencia,
a pesar de que con tu vida
adornaste su informe existencia.

será que para ella
no es que estés ausente,
será más bien que solamente
eres ahora flor, pasto y jacaranda.
o será tal vez que triste y llanamente
no hay nada detrás del telón
de esa inmensa maquinaria.

en este otro cosmos nomás queda un hueco absurdo:
tanto movimiento de allá afuera no siente
y la falta del tuyo acá dentro es tan hiriente
que todo lo demás resulta simplemente burdo.



5.6.10

crónicas del subsuelo. 9.

iba yo caminando a una cuadra del metro juárez. en ese otro subsuelo que no por estar al sol deja de estar abajo. iba solo y pensando. muy dentro de mi cabeza iba, tanto que de no sé dónde una señora se apareció. venía caminando en sentido contrario. antes de que la viera me empezó a hablar. tardé un poco en darme cuenta que era conmigo. ya luego la vi a los ojos. tardé en reconstruir lo que me había dicho. noté en su cara una expresión de complicidad y siguió su camino.
"el que solo se ríe, de su maldad se acuerda."
nomás me quedé pensando qué tan cierto era aquello.

19.5.10

para elena walsh

nena,
ahora sí me llueve sobre mojado,
a pesar que tiene dos meses mi cielo
nublado, las gotas que caían en mi suelo
no venían desde el cielo encapado.
este charco se hizo de recuerdos mojados.

me acuerdo del día en que me diste este
grabado. una chica triste con frío
uno de esos días feos de mayo.
te pregunté si ella estaba trabajando,
dijiste que no, que marina lo mismo
te había preguntado. me parecía juana,
de minifalda y taloneando un rato.

a juana la lluvia la tenía tiritando.
hoy en cambio la lluvia tan solo diluye
un charco salado, y entiendo aquello
de que a veces llueve sobre mojado.

26.4.10

un ángel.


hace veinticinco
y casi veintiséis,
un ángel llegó al mundo,
con machete y corazón de bueno.
un ángel llegó al mundo.
un mundo terriblemente feo.

el ángel por bueno,
llegó a un mundo terriblemente feo.
el bueno lustró su corazón y su machete
para darle guerra al feo.
quiso sacarle brillo al mundo,
con ganas de que fuera
tremendamente bello.
un ángel por bueno llegó al mundo,
y lo quiso tremendamente bello.

durante casi veintiséis guerreó el bueno,
contra el mundo feo y malo.
igual que en el infierno guerreó el bueno,
con su corazón y su machete
de frente y en la mano.

¡ay mundo malo!
el ángel se asustó de tu maldad.
¡ay mundo malo!
no mereciste al guerrero alado.

hace un mes ese ángel dejó el mundo,
se lanzó en su vuelo alado.
con su hermosa guerra melló al mundo,
le hizo un boquete como cráter de nevado.
un ángel tan chiquito,
y un mundo tan malvado.

otros mundos reclamaron
el concurso de ese bueno
y el ángel dejó al mundo,
y lo dejó un poco menos malo.

antes de partir,
el ángel pensó en los que quedaron,
volteó a ver al mundo y lo miró
un poco más bonito
con árboles morados,
pero en medio de una guerra
que recién había empezado.
volvió a lustrar su corazón y su machete
como cuando apenas había llegado,
y se los desvistió y dejó por todos lados
para que los que quedaron siguieran la tarea
y llenaran al mundo de campanas y árboles morados.

un ángel marcó al mundo
y dejó un pendiente encargado.
¡ay ángel, yo recojo tu encargo!
¡ay ángel, yo recojo ese machete y corazón alado!

18.4.10

crónicas del subsuelo. 8.

17 abril 2010. camino. más me arrastro. como gusano. sin despegar la suela. por el subsuelo. misma ruta. misma rutina. los sábados.
recuerdo. hasta el sábado 27 de marzo busco lo inesperado. lo indeterminado. en el subsuelo.
de lo indeterminado nace lo determinado. de la mancha nacen los rostros. los personajes. las anécdotas.
hoy recuerdo. hoy no busco lo indeterminado. sólo te busco a ti. torpe esperanza de que tu rostro aparezca. te busco y te busco. entre la multitud, la mancha. hoy no veo rostros. no veo personajes. no nace lo determinado. no estás. nunca más vas a estar entre la multitud. nunca más surgirá tu rostro de la mancha para dar sentido al mundo. ni al mío. ni al de nadie. descansa en paz.

crónicas del subsuelo. 7.

un lugar común:
la ciudad monstruo: un organismo vivo.
el cerébro: una lógica; la de la reproducción del valor.
las empresas e instituciones: los órganos.
el sistema de túneles y gusanos: el sistema circulatorio.
por la mañana marchamos; a las cinco, seis de la mañana, marchamos. glóbulos rojos, blancos y demás. la sangre alimentada. el gusano nos lleva y reparte a los órganos en donde dejamos lo que llevamos: energía, proteina, glucosa, oxígeno.
por la noche marchamos. el gusano nos lleva de vuelta a los pulmones a oxigenarnos.
el corazón: el hambre.

crónicas del subsuelo. 6.

en mi esquina del penúltimo vagón íbamos ocho, todos sentados con la mirada perdida. en el rincón que tiene dos lugares individuales de frente pegados a la pared, en el extremo opuesto a las escaleras de bombero.
los dos que ocupábamos esos asientos individuales no íbamos sentados de frente sino viendo hacia el vagón. noté que no venía nadie de pie y que los seis lugares más próximos a nosotros iban ocupados por cinco señores y una señora. todos íbamos con la mirada perdida. cuatro veían al suelo con los párpados inferiores recogidos. los otros veían hacia arriba, a los anuncios. sin leer creo. no pude decidir si a las seis de la tarde ellos iban de regreso a su casa después de la jornada laboral o, como yo, a penas se dirigían al segundo round.

crónicas del subsuelo. 5.

la muchacha que iba sentada frente a mí, vestía de blanco. tal vez doctora. morena de labios morenos y ojos oscurísimos sombreados con negro. sus pestañas largas. el fleco caía sobre la mitad del rostro cubriendo el ojo derecho. los párpados adornados con diamantina azul. le venía contando a su acompañante, que venía a mi lado, que ella generalmente dormía a esta hora. me la imaginé cubriendo turnos nocturnos en algún hospital de la ciudad de méxico. y se quedó dormida.

19.3.10

crónicas del subsuelo. 4.

marzo 10. me subí en juárez dirección universidad.
la ruta civilizada.
caminé por el andén hacia el sur. en eso llegó el metro.
vi algo de reojo que me llamó la atención y caminé a la siguiente puerta para ver si era cierto.
sí.
cuando se abrieron las puertas quedé frente a una muchacha morena, sencilla y muy bonita.
su maquillaje casual, ni exagerado ni despampanante.
iba vestida de la siguiente forma.
tacones negros, altos, de aguja.
medias negras medio transparentes hasta medio muslo y liguero.
(no me fijé si de hecho iba en calzones) pero sí en que iba en brassier rosa.
encima traía tan sólo un abrigo corto blanco abierto.
todo el conjunto se veía caro.
coronando su cabeza traía una diadema y pegada a ella con cinta canela unas orejas de conejo... medio mal puestas.
después de observar detenidamente y con sorpresa lo que les comento, la vi a los ojos.
ella iba absolutamente imperturbable, cual si no existiera razón alguna que hiciera el evento especial.
yo, en cambio y ante tal mirada, tan superior, tuve pena de haber reaccionado, seguro, como todos los demás y me metí al vagón.
ojalá le hubiera dicho algo hermoso, algo digno de recordarse, como "muy buenos días señorita, fue un placer haberla conocido."

crónicas del subsuelo. 3.

se subió un chavo como de unos treinta o menos.
traía una chamarra esponjada de los broncos de denver.
moreno, casquete corto.
un caluroso día de septiembre.
era hora pico y el vagón venía a reventar. aun así sacó el libro que venía leyendo y sin más, regresó a su sedienta lectura: drácula de bram stoker.
en el reacomodo de la siguiente estación junto a él y volteandolo a ver, quedó uno alto y pálido, nariz aguileña, pelo lacio que cubría su frente, las solapas del saco oscuro levantadas y la vibra maligna.
en la siguiente estación se subió otra, el rostro blanqueado con talco; la noche como ojos y labios sombreados; terciopelo y botas negras. se acomodó detrás del primero.
yo alcanzaba a ver el rostro de ella asomarse por encima del hombro naranja de la chamarra azul.
como si fuera un imán o un vaso de sangre, se le fueron pegando, formándose a su alrededor.
o más bien, el ávido lector, de la alacena de su imaginación, aventó al mundo los personajes.
el chavo se empezó a rodear de vampiros.
vampiros en el trópico.
un caluroso día de septiembre.

16.3.10

crónicas del subsuelo. 2.

se subieron en la estación de la serpiente. siempre naranja. yo iba arrinconado en la puerta de entrada y ellos se quedaron ahí nomás junto a mí. era una pareja de invidentes, los reconocí por su dulce cara. no sé bien dónde ni cuándo (tal vez cerca de allende o sobre la línea verde o por la ciudadela) pero los había visto varias veces en mi vida y en varios puntos de la ciudad de méxico.
venían platicando, él le decía a ella 'ya terminé de escribir mi poema, me quedó muy bonito, lo voy a mandar imprimir en braile.' y ella, sin que él supiera, sonreía. luego hablaron de un su 'profesor montemayor' que recién había fallecido según comprendí. me pregunté si sería el mismo montemayor que yo conocía. él contaba con dulzura los recuerdos que tenía del profesor. 'la primera vez que lo conocí él estaba resfriado, además él estaba sentado en un sofá y yo en un sillón, o bueno no sé si era sofá o sillón.' y ella le preguntó 'y cómo caminaban por los patios ¿no?' y él 'sí.'
le dijo además, 'me acuerdo mucho que su calle se llamaba retorno, y el número 185, creo' y luego 'ayer se me ocurrió una idea, voy a juntar todos los poemas que tengo del profesor, ya son como tres o cuatro, pero ahora sí voy a escribir un ensayo largo.' y ella, sin que él lo notara sonrió. 'un ensayo largo como de unas tres cuartillas, de esos como... pues así, largos, de tres cuartillas. y lo voy a mandar publicar pero ese sí en la jornada o el excelcior o uno de esos.' y ella se sonreía, como con orgullo.
se bajaron luego y me dieron ganas de acordarme.

7.3.10

crónicas del subsuelo. 1.

el sábado me subí al metro naranja.
me percaté de la situación entre tacuba y refinería.
había estado escuchando un ruido ininteligible de fondo, conversaciones sin sentido.
no lograba entender nada de lo que decían a mi alrededor, cual si hablaran un lenguaje extraño.
de repente entendí una palabra, luego dos y tres.
me di cuenta de que estaban hablando al revés. no sólo.
todos a mi alrededor estaban moviénose en reversa: masticando chicle para atrás, la boca la movían como mastican los caballos o los camellos o las vacas.
las bombas más bien las desinflaban.
un niño se rascó el cachete... empezó sin comezón y después de rascarse le dió comezón.
resultó evidente que si todo fuera normal, el vendedor de linternas sin pilas iría caminando de espaldas.
todo me empezó a parecer realmente extraño entre tacubaya y constituyentes.
como iba viajando hacia el pasado me tenía que acordar de lo que estaba pasando. pero no.
todo era nuevo.
de manera que yo, única persona que permanecía fuera del espejo, estaba condenado a viajar al pasado en un mundo del cual no tenía memoria.
para mí, cada instante era presente, y como no podía recordar (predecir), cada instante realizaba la posibilidad de futuro.
yo, testigo, seguía en mi propio tiempo referencial.
me fijé mejor para ver si no estaba loco. y no.
todo se movía como strawberry fields, como los toms de la bateria, de fin a principio.
entre mixcoac y san antonio me cayó el veinte.
los carteles de las estaciones estaban al revés.

22.2.10

honor societies

9.2.10

uno de calabacitas

¿cuál es el colmo de un antropófago? --que le gusten los vegetarianos.

uno de payasos

¿cuál es el colmo de un payaso? --que tenga la nariz de gomita.

5.2.10

sospecha 4. sinnerman. I.

una canción sobre el día del juicio.
le preguntan: cuando te caigan pecador en dónde te vas a esconder.
el día que te toque pagar, pecador, qué vas a hacer.
el pecador tiene miedo el día del juicio.
el pecador busca esconderse del ojo de osiris el día del juicio.
pero el mundo está del lado del señor.
ni la piedra ni nada lo van a esconder.
el día llegó y le toca pagar.
es el día del juicio y los ríos sangran, los mares también.
es el día del juicio y los ríos hierven, los mares también.
el cobarde no encuentra escondite y finje ser devoto.
como no es auténtica su plegaria, se le hace ver su destino.
lo mandan al diablo y se quema en los fuegos del averno.
una vez que ve su destino, el pecador, por terror se arrepiente.
es 'magnánimamente' humillado.
el pecador reza de roddillas.
se le reprende: debes humillarte y rezar.
el tema no es ser mejor, el tema es humillarte y rezar.
si rezas te salvas.

sinnerman

25.1.10

sospecha 3. tesis #2.

la diferencia entre una gordita y un tlacoyo de chicharrón no está en la figura, el tipo de masa ni la forma de preparación (i.e. que una sea redonda, de masa blanca y frita, mientras el otro sea ovalado, con masa azul y asado) para todas estas características hay excepciones; la diferencia esencial y primigenia es étnica. las gorditas son mestizas y los tlacoyos nahuatlacas.